Pedagogos subrayan la importancia que adquiere la presencialidad escolar Pedagogos subrayan la importancia que adquiere la presencialidad escolar
Mientras numerosas prácticas lograron adaptarse triunfantes al mundo digital, en el caso de la escuela eso no parece haber ocurrido de manera airosa.
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A pesar de que hubo clases virtuales y probablemente en términos curriculares se haya avanzado, el reclamo por la escolaridad tal como se la entendía antes de la emergencia sanitaria está en disputa y no es uniforme, según coinciden varios pedagogos que reconocen los aportes de las herramientas digitales pero subrayan la importancia de la presencialidad a la hora de pensar el proceso de aprendizaje.
Los pedagogos Mariano Narodowski, Flavia Terigi, y Octavio Falconi coinciden en señalar que la pandemia evidenció condiciones desiguales de acceso a la educación, y si bien reconocen la eficacia de los recursos digitales para adecuar formatos durante el tiempo de aislamiento, sostienen que la materialidad es todavía central en el proceso de construcción de conocimiento, aunque esta y otras variables deberán ser repensadas por las instituciones de cara al futuro.
‘La escuela ha cambiado de diversos modos, y muchas opiniones sobre ella descansan en imágenes desactualizadas y, por qué no, estereotipadas’, marca Flavia Terigi, pedagoga de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
‘Lo que sí sucede es que ciertos rasgos son estables, no porque las escuelas funcionen mal, sino precisamente porque son escuelas. Otras instituciones, como los bancos, o los centros de salud, también tienen rasgos específicos que se mantienen, en tanto otros cambian’, explica.
Mariano Narodowski, docente, investigador y exministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, asegura que ‘la escuela fue concebida e implementada como un medio radicalmente igualitarista para lograr el acceso al conocimiento para todos y si bien es mucho lo que se ha avanzado, ese ideal está lejos de concretarse y la aparición de nuevas tecnologías (especialmente las digitales y la inteligencia artificial) han deslegitimado fuertemente lo escolar desde finales del siglo XXI’.
Para el autor de libros como ‘Dolor de escuela’ o ‘El colapso de la Educación’, ‘lo que generó el proceso desescolarizador de la pandemia fue la visibilización y la profundización de estas características y evidenció opciones: una educación desconectada y más degradada para los sectores sociales y los países más empobrecidos y en paralelo alternativas innovadoras y efectivas para los sectores sociales acomodados y los países desarrollados’.
En tanto, Octavio Falconi, doctor en Ciencias Sociales y coordinador del área de educación del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Córdoba, considera que ‘la escuela puede funcionar sin la presencialidad, lo ha demostrado este tiempo’ pero introduce una pregunta acerca de ‘si es conveniente o si se obtienen los mismos resultados, los mismos logros haciendo una educación solo por la virtualidad’.
En ese sentido, ‘la pedagogía ha dado muchos argumentos sobre porque la escuela es un espacio de encuentro con lo común pero también con lo diferente. Es un aprendizaje para los niños de salir de sus entornos del hogar y del entorno social inmediato de su familia, ante ciertas creencias, ciertas formas de ver el mundo y la escuela permite encontrarse con la diferencia, con la disidencia, con el punto de vista del adolescente o del joven y a partir de eso poder construir una idea de lo común en la diferencia que es lo que nos permite convivir’, destaca.