Libran exhortos y buscan a autores de la tortura y asesinato del "pasador" salteño

Cinco días después del macabro descubrimiento, la investigación por el asesinato del salteño Nelson Gabriel Aramayo (33), se muda ahora a su provincia, tras la firma de varios exhortos por parte de la Justicia santiagueña.

Oriundo de San Ramón de la Nueva Orán, Aramayo fue encontrado muerto a 9 metros de la ruta nacional Nº 9, entre los parajes El 49 y Los Cerritos. El cuerpo presentaba al menos 4 disparos de arma de fuego en la cabeza y signos visibles de tortura.

Desde entonces, la policía local trabaja guiada por la fiscal Carla León, pero dentro de un intercambio de información con la Justicia de Salta, ya que la víctima estaría asociada al bajo mundo de las drogas.

Objetivamente, lo que tiene Santiago es un muerto, pero nadie puede garantizar o responder los dilemas lógicos del asesinato: ¿Dónde fue cometido? ¿Móvil? ¿Alguien lo vio en Santiago? ¿El cuerpo ha sido descartado desde algún vehículo?

Aferrada a una infranqueable veda verbal, León y la policía tendrían dos pistas desde donde comenzar el desandar la tragedia de Aramayo, visto por su familia por última vez el 22 de diciembre.

Danza de testigos

Hay un grupo de amigos y ex parejas en carpeta, cuyas identidades han sido provistas por la familia de Aramayo, tras arribar las últimas 48 horas y llevarse sus restos para la correspondiente sepultura.

De orígenes humildes, los familiares de Aramayo habrían dejado en claro que solo querían su cuerpo para tributarle el último adiós. Sin embargo, también proveyeron piezas sobre las cuales León planearía el armado del rompecabezas.

En sintonía con ese propósito, el juez Rodolfo Améstegui, habría refrendado exhortos para que la comisión policial santiagueña realice procedimientos en Salta, confió un vocero al cierre de esta edición.

Misión, en camino

Los efectivos ya deberían haber pisado suelo salteño y antes que nada, se presentarían ante un juez local, a fin de interiorizarlo sobre los exhortos de su par santiagueño.

Anoche, todo era una usina de rumores e hipótesis. Los santiagueños trabajarían sobre la base del entorno que frecuentaba Aramayo. Sus verdugos están vinculados al submundo de las drogas, pero reconociéndose (en las filas de la policía local) que aún emerge muy difuso el hilo conductor entre las dos provincias.

Redes sociales, únicas aliadas en un homicidio con muchos claroscuros e imprevisible

Paradojas de la muerte, Nelson adquirió entidad en Santiago del Estero a partir de su triste fin. Desde ese desenlace, León y compañía trabajan con redes sociales y los investigadores que conocían algo de su vida, en Orán. Cuando lo descubrieron muerto, tirado entre los arbustos, no llevaba nada consigo. Ni siquiera DNI. Ello asocia su homicidio con el sello de la droga, en especial por los 8 días en que estuvo desaparecido, al menos de su familia, y sin siquiera poder confirmase si lo asesinaron en Salta o en Santiago.

Los expertos buscan ahora desentrañar los pasos de Aramayo, tomando como aliados a sus amigos salteños, quienes proveyeron información con la prudencia y reserva emanadas del miedo.

Ahora, una comisión policial santiagueña trabajará en Salta, resuelta en dar el gran zarpazo y a sabiendas de que minuto que transcurre, favorece a la impunidad. Nadie se atreve en arriesgar pronósticos, pero todos reconocen que hay pistas e hipótesis casi todas ellas relacionadas con el narcotráfico dado que la víctima era un conocido pasador de elementos de contrabando desde Bolivia.