Por Oscar Gerez
Un hombre íntegro Un hombre íntegro
Si Dios nos conoce a todos por nuestras obras, no tengo dudas de que Dios se alegra por las obras que algunas gentes se preocupan en que permanezcan en el anonimato. En un mundo cargado de mezquindades, es difícil intentar explicar cuál es la satisfacción que esas personas encuentran en hacer un bien del que nadiese va a enterar, que no estará reflejada en los medios ni en las redes nunca.
Yo creo que esas gentes han entendido algo así como el sentido de la vida. Nestor Ick era una de esas personas. Su generosidad trascendió lo material, porque no sólo era capaz de ayudar en la necesidad de una institución o de un prójimo, sino que era generoso en compartir su sabiduría.
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Si había quien quisiera hablar con él para saber cómo había hecho para ser un abogado y empresario exitoso, él no tenía ningún problema en compartir "su fórmula". La decía sin guardarse nada. La revelación se convertía en un enorme abanico de pequeños consejos que iba configurando su filosofía vital.
Mostraba, como un ejemplo que no se proponía mostrar, que más allá de los logros empresariales nunca había que perder de vista el afecto por la familia y la decisión de hacer un bien sin mirar al destinatario ni pedirle nada a cambio.
Un hombre íntegro es aquel que hace lo correcto cuando nadie lo ve, cuando no hay testigos ni cámaras grabando. Nos toca despedir a un hombre íntegro y más allá del dolor porque ya no estará entre nosotros, sus enseñanzas generosas van a permanecer en nuestros corazones.
Sólo queda rogar a Dios por la fortaleza para honrarlo siempre.