La insólita pesadilla de una joven bancaria: un hombre de 70 años la acosa pidiendo que se case con él La insólita pesadilla de una joven bancaria: un hombre de 70 años la acosa pidiendo que se case con él
"Yo me quiero casar, ¿y usted?", preguntaba Roberto Galán en los ''''70. Medio siglo después, un septuagenario reeditó el fervor por el anillo de compromiso y revolucionó a una entidad crediticia, resuelto en lograr el "sí" de una bella empleada, 45 años menor. Tanto acosó e insistió a la trabajadora que ella terminó denunciándolo y precipitando severas restricciones e impedimento de contacto.
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La damnificada es una empleada que cumple funciones desde hace 7 meses en Bandera, Belgrano. Oriunda de Las Termas de Río Hondo, denunció que en febrero, el insólito pretendiente arribó al banco con la excusa de que necesitaba asesoramiento porque quería adquirir una casa en la ciudad termal.
Sin embargo, sobre la marcha, aclaró sus intenciones. Convencido que podía sacarla de empleada para que fuera su esposa, le dejó en claro que deseaba "comprarle" una vivienda. Es decir, invertiría sus ahorros para que ella cristalizara el sueño de la casa propia.
No, por diez veces
Al principio sutilmente, la joven dijo no, pero luego tuvo que decírselo más firmemente una y otra y otra vez. El sujeto redobló siempre la apuesta: "¿A qué hora sales? ¿Quieres que hablemos?". La mujer terminó acudiendo a la policía. No conocía al individuo.
Al sujeto pareció no importarle el hecho de ser rechazado. Al día siguiente volvió a la carga. "Quiero casarme con vos". "Si no aceptas me voy a matar". "Quiero contigo una relación seria", fueron las "propuestas" más impactantes.
Pero al oído de la empleada, las insinuaciones produjeron una ascendente tensión, la suficiente como para erosionar su desgastada reserva de tolerancia. Y llegó la gota que rebasó el vaso.
El sospechoso viajó hasta Las Termas y se presentó en el negocio del padre de la joven. "Quiero casarme con su hija", disparó verbalmente el recién llegado y el receptor tragó saliva, azorado, y quedó contemplándolo con inocultable incredulidad.
"Tengo campos. Su hija no pasará necesidades", reforzó garantizando la propuesta. El encuentro no se extendió más de 5 minutos. Terminó abruptamente, con el comerciante echando al atrevido sujeto a la calle.
A la policía
Sin perder tiempo, el padre llamó por teléfono a la hija y le contó lo sucedido. Ella acudió a la Comisaría 21 y estampó con su firma una denuncia por "amenazas".
Con la misma inmediatez, la fiscal Cecilia Rímini ordenó reglas de conducta. El sujeto tiene prohibido acercarse a la denunciante. En la normativa vigente constan: "acta de identificación y compromiso con medidas al denunciado"; "botón antipánico para la joven"; "entrevistas a las compañeras de trabajo de la misma", solo por citar las disposiciones más urgentes.
Por lo pronto, el acusado deberá permanecer en su casa, bien lejos de la empleada, amigas (testigos) y grupo familiar. No puede recurrir tampoco a la tecnología, celulares o redes sociales para contactarla, o bien quedará en el blanco de una casi segura imputación y/o aprehensión, deslizaron al cierre de esta edición los funcionarios cercanos al proceso penal.
Cecilia Rímini, ahora frente a frente con el individuo
El individuo será citado ahora a la Fiscalía. Rímini y su equipo se aprestan a persuadirlo, dejándole en claro que donde él contempla perseverancia, a la víctima la doblega una sensación de neto temor. "No puedo salir a la calle por miedo", señaló la mujer a las autoridades.
El hombre tiene prohibido pasar por el banco, aún cuando tuviese trámites por cumplir. En todos los escenarios, no debe pedir por ella, ya que cualquier otro empleado estará a su disposición.
Planes A y B
La Fiscalía ordenó pericias inmediatas. En especial, los profesionales deben indagar en el protagonista y su fervor por acosar a una dama que desde febrero viene repitiéndole una y otra vez que no quiere nada con él.
Rímini instó a los policías a garantizarle la seguridad y paz a la joven, tanto en su casa como en su trabajo. La funcionaria confía en su resolución, pero por las dudas apelará a un plan B mucho más contundente.