Chicos santiagueños recuperados de las drogas fueron monaguillos en misa del Papa en Roma

Toda lucha tiene su recompensa. Cuando las obras se hacen guiadas por el corazón, la cosecha suele ser inolvidable. Y tal vez por este preciso momento, es por el que transitan hoy Benjamín Cruz y Daian Agüero, dos jóvenes del barrio La Católica, que ayer tuvieron la dicha de ser elegidos por el papa Francisco para ser monaguillos en la ceremonia oficiada en el Vaticano.

Aún no lo pueden creer. Ellos son amigos. Se volvieron inseparables mientras luchaban por vencer el flagelo de las adicciones, y hoy alejados por completo de las drogas, después de un largo y sacrificado camino, recibieron su máximo premio.

“A esta experiencia no la olvidaremos nunca más. Hemos cumplido uno de nuestros sueños más anhelados”, expresaron mientras, con la emoción a flor de piel, contaban cada detalle de ese encuentro que los marcará para el resto de sus vidas.

Benjamín y Daian viajaron junto con el Hermano Cristian Viscardi, a Roma, pero jamás pensaron que el viaje terminaría de esta manera.

En diálogo exclusivo con EL LIBERAL, el religioso contó detalles de la jornada inolvidable del martes, protagonizada por estos jóvenes que forman parte del Centro de Día San Vicente (Centro de rehabilitación de adicciones), de la Fundación Nocka Munayki y los Hermanos Misericordistas.

“Soy italiano y estoy visitando a mi familia, quien invitó a venir a estos dos jóvenes santiagueños, que pertenecen al Centro de Día San Vicente, el cual se encuentra afiliado a los Hogares de Cristo. Todo se dio de casualidad”, comenzó su relato el hermano Cristian.

“En junio solicitamos la posibilidad de participar de la misa del Papa, en Santa Marta, y unos días antes de diciembre nos llegó la invitación. Sin embargo, jamás nos imaginamos que Benjamín y Daian terminarían de monaguillos de Francisco”, contó, aún visiblemente emocionado.

La delegación de santiagueños aprovechó la oportunidad para entregarle al Papa “un mate, un logo del Hogar de Cristo San Vicente, el cual fue recibido muy bien por el Sumo Pontífice, y un cuadrito realizado por los cartoneros de Quilmes, que tenía el lema “Recibir la vida como viene”. Detrás tenía la firma de todos los chicos del Centro, y el Papa lo firmó en la parte de adelante. El cuadrito volverá a Santiago como recuerdo”, aclararon.

Encuentro

Con la invitación a la misa, Benjamín y Daian sentían ya haber tocado el cielo con las manos. Sin embargo, lo mejor estaría por llegar.

Minutos antes del inicio de la celebración, el papa Francisco los llamó a ser monaguillos durante la misa.

“Ayudaron en la misa. Fue algo inesperado. Una sorpresa muy grande. Poco antes los llamaron y les dijeron que formarían parte de la celebración, así como estaban. Tal como es el estilo de Francisco. Se dio sin programar nada, muy espontáneo”, recordó el hermano.

Una vez finalizada la ceremonia, el Sumo Pontífice saludó a los santiagueños.

“Fue algo muy significativo para los chicos y para mí”, resumió Viscardi. 

“Nos pidió no cerrarle las puertas a nadie”

Terminada la ceremonia religiosa, el papa Francisco se dirigió exclusivamente a Benjamín, Daian y al hermano Cristian, a quienes les dejó un sentido mensaje.

“El Papa nos ha hablado y nos dijo que sigamos adelante con el trabajo de red de los Hogares de Cristo, en los cuales luchamos contra las adicciones. él nos pidió no cerrarle las puertas a nadie e intentar seguir siempre adelante, con todo lo que significa enfrentar los problemas que se presentan hoy en día en relación con la droga”, contó el Hermano Cristian.

Sensaciones

“A él se lo veía contento, y nosotros estamos todavía muy emocionados con esta experiencia. No la podemos describir. Fue algo único e inesperado”, cerró el religioso.l