''''Chuchú'''' considerado posible asesino de "Bandeño" en la batalla del B° Independencia

La jueza de Control y Garantías, Sara Harón, dictó ayer la prisión preventiva para dos integrantes de la banda de "Los Choros", sindicados de intervenir en la balacera que mató a Braian Lautaro Rodríguez ("Bandeño"), el 28 de diciembre pasado, y, a la vez, dispuso tratamiento intramuros para dos adolescentes.

Durante una apasionante batalla legal, la magistrada inclinó la balanza Penal en torno a la hipótesis de la fiscal Belkis Alderete, a quien acompañaban Adrián Marini y Sofía Bonacina.

Enfrente, los detenidos fueron representados por Carlos Ríos López, Felipe Villalba Sández, Nicolás Diambra y la defensora oficial, María José Corvalán. Por el Ministerio Pupilar, intervino el defensor oficial, Emilio Nazar.

Para la Fiscalía, el joven, de 18 años (heladero), recibió un tiro el 26 de diciembre durante una pelea entre "Los Pibes de la Villa" y "Los Choros", en el B° Independencia. Subrayó que la figura dominante es el "homicidio simple" para el grupo, pero aún no pudo establecerse quién gatilló el arma homicida; menos, si fue un revólver, pistola o una "tumbera".

Por el contrario, para Ríos López y Villalba Sández "fue homicidio en riña". Bregó fuerte por el cambio de calificativa, pero Harón lo desestimó. Atacaron la hipótesis de un homicidio y coautorías grupales. La lógica de los letrados es que solo uno gatilló el arma y los demás deberían ser acusados de partícipes.

Con los dos menores sentados en el recinto, desde el Centro único de Detenidos siguieron el desarrollo del debate los otros dos acusados, en forma virtual. El más preocupado sería "Chuchú", mayor de edad (representado por Villalba Sández), a quien dos testigos sindicaron de dispararle al adolescente, quien caminó unos metros, se tomó la cabeza y su novia descubrió un fino surco rojo que derivó en su posterior internación.

Así como los dedos acusadores apuntan a "Chuchú", hoy pareciese jugar a su favor que el arma homicida no aparece. Vienen realizándose pericias a cuatro "tumberas" secuestradas posteriormente, pero nadie garantiza que corresponda a alguna el plomo sacado del cuerpo de la víctima.

Después de más de tres horas de audiencia, la magistrada refrendó ayer prisión preventiva para los dos adultos, pero todos interpretan que dejó una rendija que tornarían revisable -en un futuro no lejano- la figura del "homicidio en riña". En cuanto a los dos menores, Harón dio luz verde a sendos tratamientos tutelares intramuros por el plazo de un año. Por ende, rechazó el "extramuros" sugerido por las defensas.

Entrenadas en odiar a sus rivales

El móvil del asesinato sugiere que fue odio visceral y nada más. Un testigo describió que los jóvenes del hoy son hijos de los "fundadores" de los dos bandos en pugna, es decir los antecesores en peleas intestinas que ya destaca la segunda generación.

Ampliaron que hay una acequia que divide los dos grupos. Uno y otro sabe que cruza la línea imaginaria y se convierte en presa de cualquier agresión, ya sea insultos, trompadas, patadas, robos, es decir un despojo sin causa aparente. Es tan fuerte el odio entre los dos grupos que las mujeres tienen claro que se ponen de novias con los enemigos y se transforman en nuevas enemigas de sus propios aliados.