“¡Que se vayan del barrio!”, el reclamo airado contra la familia acusada de incendiar una casa con pequeños dentro

Frente a una decena de policías bien pertrechados en la entrada de la casa del preso, dos mujeres pelearon a trompadas y araÑazos ayer a la siesta, en medio de un caos del que participaron decenas de personas. El incidente fue apenas una pequeÑa muestra de la que se preveía para la noche. “Que se vayan esos hdp o los vamos a matar”, gritaban distintos vecinos.

Los dedos acusadores se precipitaban sobre dos casas contiguas. En una de ellas vive el aprehendido y en la otra, una de sus hermanas. En 30 minutos de cobertura, EL LIBERAL presenció distintos brotes de violencia, cuya única destinataria era la familia del sospechoso. A sabiendas de los estallidos nocturnos, la fiscal coordinó con los jefes policiales para que en la noche enviase una formación policial, pues intuía que alguna casa amanecería quemada hoy. La sensibilidad era extrema, ya que las dos casas de los sospechosos y la de la familia Torres están divididas apenas por 20 metros.

Hay un individuo preso y sus cómplices, al caer

IDENTIDAD. El aprehendido es Néstor Eduardo Martínez, de 30 aÑos. La fiscal Celia Mussi lo indagaba anoche. No actuó solo y sus cómplices están ya identificados.

CERCANíA. El incendio sobrevino a 40 metros de Prevención de Seguridad Vial.

HORROR. Al estallar las llamas, los ocupantes de la casa fueron auxiliados y colocados en la tierra, en el patio. Después, arribaron policías, bomberos y personal en ambulancias del Sease. Los niÑos fueron derivados de urgencia al Cepsi.

DAÑOS. La gente apenas logró salvarles una heladera a los Torres. El resto de pertenencias quedó reducido a hierros negros y quemados. Las paredes, puertas y ventanas fueron destruidas y el interior de la casa ayer era irrespirable por el humo.

SIN DNI. Los delincuentes fueron efectivos en su labor perversa. Dejaron al borde de la asfixia a la familia y el fuego destruyó todo lo que encontró a su paso. No se salvaron ni los documentos.