Andrea Loto: “Un jugador de Comercio me besó en la boca y lo expulsé” Andrea Loto: “Un jugador de Comercio me besó en la boca y lo expulsé”
Por Daniel Vera
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Andrea Silvana Loto es una mujer que cuando le hablas de fútbol, rápidamente se transforma en un libro abierto. Y más si tiene que discutir sobre las leyes que rigen este bendito deporte. Ella conoce todas las reglas y encima las aplica cuando las circunstancias lo requieren.
Algunas veces actúa con rigor y otras no tanto. Lleva 20 años dirigiendo entre los varones y ya es muy conocida en el ámbito local y nacional. Tiene carisma y no le tiembla el pulso cuando hay que tomar decisiones más severas, como las temidas expulsiones por ejemplo.
Cuando se la invitó para contar algunas anécdotas suyas en el ambiente, dijo que tenía un montón aunque confió que la que más gracia le causa aún es lo que le pasó en la cancha de Comercio Central Unidos.
“Después que terminó el partido, se acercó un jugador de Comercio, me tocó el hombro, y me dio un beso en la boca. Yo no sabía qué hacer en ese momento. Pero al final tomé la decisión de expulsarlo”, comentó Andrea que no salía de su asombro por lo que había pasado.
En esa misma jornada, había ocurrido otro hecho y fue la agresión física de un jugador al árbitro Jorge Sayago.
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“El Sr. Lencina, que era miembro del Tribunal de Penas de la Liga, tomó en cuenta lo que me había pasado a mí y a mi colega en el otro partido, pero adoptó criterios diferentes: al jugador que me besó en la boca le dieron 8 fechas de suspensión y al que agredió a Sayago, apenas dos”, añadió la árbitro que en ese momento tenía pocos partido en Primera División.
Atrapados y sin salida
Y llegó el turno de otra historia singular. Esta vez fue en la ciudad de Monte Quemado donde dirigió un partido por el ex Torneo Argentino C.
“Fuimos con mis asistentes Roberto Juárez y Carlos Roldán. Nos tocó un mal tiempo porque había llovido mucho y hasta se corría el riesgo de que no se jugara.
Finalmente se disputó y lo que pasó después fue increíble”, recordó Andrea.
¿Qué pasó?, entre risas y risas y contó: “Se habían ido todos de la cancha y nos dejaron a los tres a la suerte de Dios. No quedó nadie. Ni la policía estaba. Con la puerta de acceso a la cancha cerrada, tuvimos que trepar la tapia que era altísima para poder salir”.
La insólita situación se dio porque la terna arbitral estaba completando la planilla del partido en el vestuario y todos se fueron sin advertir que los árbitros aún se encontraban adentro de las instalaciones.
“Yo que soy petisa, tuve que subir al hombro de uno de mis compañeros para salir del lugar”, afirmó.
Y lo último que recordó como hecho anecdótico Andrea fue la bandera que le dedicaron en un partido que se jugó en San Miguel de Tucumán.
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“Cuando ingresamos a la cancha para ubicarnos en el círculo central, uno de mis asistentes me advierte que había una bandera con una leyenda que decía “Andrea Loto, te amo”.
Después de entrar en deliberaciones sobre la actitud a tomar por parte de la terna arbitral, finalmente se terminó jugando el cotejo con la bandera instalada y todo con absoluta normalidad.
“Hoy la tengo a la bandera porque incluso al final del partido me la hicieron llegar”.