Por sangrienta pelea de perros, un contador y un vecino se baten con machete y tijera Por sangrienta pelea de perros, un contador y un vecino se baten con machete y tijera
Un contador de Los Romano (Robles) internado y un vecino prófugo fue el desenlace de una sangrienta pelea con machete y tijera, precedida por un enfrentamiento entre dos perros Pitbull y un “criollo”.
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Según el procedimiento del personal policial de la Subcomisaría de Vilmer, el escándalo estalló antes de las 11 de la mañana de ayer.
El prólogo se habría precipitado cuando dos perros Pitbull irrumpieron en la casa contigua, donde había un perro de raza “criolla”.
Los Pitbull serían propiedad del contador Diego Banco y el otro animal vecino, de Alberto Santillán, de 50 años, siempre en base a una compleja investigación a cargo de la fiscal Cecilia Pacheco, del departamento Banda.
Los testigos
De acuerdo con los testigos, los Pitbull lastimaron al otro perro y después ingresó también a la casa vecina el contador Banco, al parecer armado con un machete.
A la tensión por la agresión al perro “criollo”, se le sumó un entredicho entre Banco y Santillán, trascendió, cuyo punto de mayor erosión llegó al trenzarse los hombres en una segunda pelea.
De nada valieron los gritos de la esposa de Santillán, Luisa Margarita Farías, ya que los dos hombres se habrían lastimado, pero la peor parte la llevó Banco, víctima de heridas con una tijera.
Gritos y susto
Posteriormente, Banco habría sido conducido e internado en Terapia Intermedia del Hospital Regional con cortes en distintas partes del cuerpo.
En forma simultánea, Santillán se habría retirado de su casa y al cierre de esta edición, su paradero era incierto.
Ante la dimensión y crudeza del incidente, la fiscal habría ordenado la aprehensión de Santillán, pero los operativos fueron en vano.
En cuanto a Banco, trascendió que los médicos le practicaron varios puntos de sutura y que anoche era vigilado atentamente.
Fuera del nosocomio, los abogados ya delineaban estrategias defensivas.
Para la defensa de Santillán, su cliente sólo se defendió de una agresión atribuida a Banco.
Prudente, la fiscal depositaba en la policía la búsqueda de las pruebas sustanciales para un rompecabezas de imprevisibles formas y consecuencias.l