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Veterano de Malvinas busca a dos santiagueños que le enviaron una carta de apoyo durante la guerra

10/03/2020 02:24 Santiago
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Veterano de Malvinas busca a dos santiagueños que le enviaron una carta de apoyo durante la guerra Veterano de Malvinas busca a dos santiagueños que le enviaron una carta de apoyo durante la guerra

A 38 años de Guerra de Malvinas, Víctor Manuel Segundo Maldonado, teniente coronel retirado del Ejército y excombatiente, quiere reunirse con dos santiagueños que en su niñez le escribieron una carta en plena contienda.

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Los pequeños, hoy hombres de más de 40 años, son Néstor Alberto Paz y Darío .S. Nassif, que por entonces cursaban la primaria en la escuela Sarmiento de la ciudad capital. “Lo que ansío decirles es que esas cartas no cayeron en el mar, sino en mis manos y que las conservo con mucho afecto”, expresó a EL LIBERAL, a quien este militar oriundo de Santiago del Estero y que hoy vive en Córdoba, pidió ayuda para lograr este encuentro emotivo y una manera sentida de conmemorar un nuevo aniversario de esta gesta patriótica, el próximo 2 de abril.

“Estas cartas las conservé cuando llegaron a mi poder, las tuve mucho tiempo hasta que un día decidí publicar un libro ‘Prisionero de guerra 565’ que fue una catarsis, porque lo hice a lo largo del tiempo, después de Malvinas. Estuve escribiéndolo hasta que en 2007, a 25 años de la guerra, una fecha importante, decidí publicarlo. En ese libro, hay un capítulo ‘Cartas Malvineras’, donde transcribí las cartas de los chicos que tuve la suerte de que algunas cayeran en mi poder, entre ellas dos de chicos santiagueños”.

Víctor tiene 67 años, está casado, tiene tres hijos y dos nietos. Pasaron casi cuatro décadas de la guerra y de haber recibido esas cartas que los pequeños en las escuelas escribían para manifestar su apoyo al “Soldado Argentino”. Hoy siente la necesidad de agradecerles en persona, lo que entiende, fue un importante apoyo para los patriotas que fueron a recuperar las islas usurpadas por el imperio británico en 1833.

“Con el tiempo me entró la necesidad de reunirme con ellos. Vi en algún lugar del país, el reencuentro de gente que estuvo en Malvinas con quienes les escribieron, y la carta era el nexo. Se me ocurrió que sería lindo algún día poder verles la cara. Lo que ansío decirles es que esa carta no cayó en el mar, sino en mis manos y que las conservo con mucho afecto”, confesó a EL LIBERAL.

“Como estamos en vísperas del 2 de abril, estas noticias de Malvinas tienen mayor relevancia y creo que esta sería una buena oportunidad para reencontrarnos”, agregó.

Sobre porqué recurre a EL LIBERAL, el veterano de guerra explicó: “Tengo idea de cómo ubicarlos, podría buscar cartas lectores o buscar en la escuela, o a través de las redes sociales, pero a través de un diario tan importante como EL LIBERAL, me resultaría más fácil”.

“Nunca antes había intentado contactar a estos dos niños, hoy hombres de más de 40 años”, apuntó.

Víctor remarcó que las cartas de los pequeños le daban mucho ánimo al combatiente. El cariño y el apoyo de esos chicos, les daba fuerza y valor, contó. “Hay una pequeña historia en Cartas Malvineras, donde rescató la importancia que tenían las cartas que llegaban a Malvinas. A tal punto, que comento que tenía un suboficial que esperaba cartas de su familia y no le llegaban, y estaba mal anímicamente. Entonces nosotros aprovechábamos que nos llegaban miles de cartas y las repartíamos al azar entre la tropa, y realmente nos motivaban mucho. El leerlas te levantaba el ánimo, y sentías la necesidad de responderles, de hacer una devolución. Algunos lo hicieron, no fue mi caso”, manifestó.

“Pero hora me gustaría tomar contacto con ellos y verles la cara. La idea es que ellos tengan conocimiento de que esas cartas no fueron mandadas en vano, sino que alguien las recibió y que ese alguien las valoró mucho”, concluyó.

Víctor Manuel Segundo Maldonado dejó su número de contacto a EL LIBERAL a quien solicitó que oficiara de nexo. Néstor Alberto Paz y Darío .S. Nassif, ex alumnos de la Escuela Sarmiento que escribieron las cartas que llegaron a manos del soldado santiagueño, pueden contactarse con este medio a través de los teléfonos 422-4400 (fijo) y 3854894296 (whatsapp) o bien con nuestras redes sociales: Facebook, Instagram y Twitter, para poder lograr ese emotivo encuentro con el militar que recibió esas cartas de aliento.

 

El militar oriundo de Santiago estuvo más de un mes cautivo porque lo consideraban importante

Víctor Manuel Segundo Maldonado, nació en Santiago del Estero, en la ciudad capital, y era vivió en barrio Centro. “Mi casa paterna está en Roca y Mendoza. A los 16 años me fui de Santiago al Colegio Militar a estudiar la carrera militar, pero no pude volver porque no había destino, no había regimientos de mi arma que es Infantería. En este momento tengo 67 años y cuando fui a Malvinas tenía 29 años y siempre le digo a mis hijos: ‘tenía 29 años, era papá de tres hijos y estaba en la guerra’”.

Fue a la Guerra de Malvinas como teniente primero. “Estuve en Puerto Argentino, cerca del aeropuerto, en un lugar que se llamaba Bahía de la Colonia (Rookery Bay). Yo pasé con el Regimiento 1 de Infantería de Patricios, que es el regimiento decano de la infantería del país y del Ejército, porque combatió contra los ingleses en las invasiones de 1806 y 1807, y que luego volvió a hacerlo en 1982, casi 200 años después”, narró.

Víctor explicó que durante la guerra, pasó una sola compañía del Regimiento 1 de Infantería de Patricios, y que eso les hizo vivir situaciones singulares. “El hecho de haber pasado en el marco de una compañía, es muy poquito para ir a una guerra. Nos tenían como maleta de loco, nos mandaban con un regimiento, después con otro, hasta estuvimos con gente de la Fuerza Aérea, custodiando un aeropuerto”, recordó.

El día más triste

El oficial del Ejército, dijo que esa situación finalizó cuando “nos asignaron un lugar de defensa y ahí nos quedamos todos. Después, los oficiales de ese regimiento, que para los ingleses éramos importantes, porque teníamos un escudo en el brazo, nos hicieron quedar un mes más después de la guerra, porque querían sacarnos información. Recién el 14 de julio nos liberaron y retornamos al país”.

El militar santiagueño retirado, contó que la compañía estuvo cerca de un enfrentamiento cara a cara con el enemigo. “El último día, constituimos un bloqueo para el avance de ellos, y estuvimos a punto de combatir, pero junto llegó la orden de rendición”, apuntó.

También rememoró que “para llegar al lugar que nos habían asignado, como posición de bloqueo, fue todo un calvario, porque era un sector donde tiraban muchísima munición los ingleses. Teníamos que atravesar con la tropa con toda la munición. Realmente fue muy angustiante, muy peligroso, muy jodido. Pero llegamos y nos establecimos, y cuando esperábamos el ataque se paró, se terminó todo. Eran las 8 de la mañana del 14 de junio”.

En su diario de guerra, hizo una anotación dolorosa: “Hoy es el día más triste de mi vida. Se rinde la plaza de Malvinas!”. Pero también con un mensaje de esperanza, quizás premonitorio de la historia posterior: “¡Hoy nace una nueva Argentina! Dios quiera que sea así”.

“Ese día fue tremendo, una angustia tan grande, fue muy triste al punto de que se me cayeron las lagrimas, no quería que me vieran llorar los soldados por eso me oculté. Lo hice junto con el oficial que me secundaba, un subteniente de apellido Oliver. No lo podíamos creer, nos pusimos a llorar a ocultas, para que no nos vieran los soldados. Fue muy triste, escribí algo relacionado con eso en el libro y lo titulé ‘Lágrimas de junio’, fue un día muy triste”.

Sobre tiempo que estuvo prisionero recordó: “Nos llevaron a un lugar que estaba en la Bahía de San Carlos, era un frigorífico inactivado, inmenso, ahí estuvimos los 600 prisioneros, era espacioso adentro, tenía como una cuadra enorme. Estábamos todos oficiales subalternos, la mayor cantidad oficiales, suboficiales y solo dos soldados, porque a ellos les interesaba interrogarnos a nosotros, los oficiales”.

“Ahí estuvimos 15 días, después nos pasaron a un barco, el Sir Edmund, estuvimos navegando alrededor de las islas otros 15 días, hasta que llegó la orden de devolvernos y nos dejaron en Puerto Madryn”, narró sobre sus días en cautiverio.

Víctor remarcó que mientras estuvo prisionero, “no hubo exceso de ningún tipo, fue buen trato, nos alimentaban lo suficiente como para estar con las proteínas y energía para estar parados”.

Una fuerte corriente de opinión criticó al gobierno de facto en ese entonces a cargo de Leopoldo Galtieri (f) de haber iniciado una guerra, con el fin de lograr la empatía del pueblo a un régimen, el militar, que estaba en caída. También mereció las críticas de las mismas fuerzas armadas (volcadas en el informe Rattenbach), sobre las responsabilidades políticas, militares y estratégicas de la guerra de Malvinas.

Sobre este punto y desde su formación profesional Maldonado manifestó que “si estuvo bien o no la guerra, es un tema muy delicado porque sabiendo de que hubo una usurpación durante 200 años, en su momento, con mis 29 años lo vi muy bien, que se llevara a cabo en la determinación de recuperar lo que era nuestro. En eso no había ningún tipo de cuestionamiento.

“Lo que sí puede ser, es que con el pasar de los años, sobre todo con los años que la vida militar te va enseñando, después de pasar por la Escuela Superior de Guerra y de analizar cómo se consigue una guerra, cómo se trabaja en una guerra, como se realizan las cosas que tienen que hacerse, ahí aprendí que había muchas falencias durante la Guerra de Malvinas, en cuanto a la instrumentación. Pero en cuanto a la decisión no la cuestiono, porque es muy noble lo que hizo la Argentina por recuperar algo que le pertenecía. Que no sea del agrado de algunos la forma, está en cada uno. Yo con mi formación militar la vi como positiva. Quizás después con la experiencia, con los estudios, y se es más profesional en el tema, hay cuestiones pendiente para analizar de la guerra, que sí uno la cuestionaría en cómo se llevaron a cabo algunas cosas, cuando se podían haber hecho de otra forma”.

“Lo que falló en este caso, fue la estrategia militar, pero la táctica, trabajaron muy bien. Todo lo que se hizo a nivel táctico fue muy valorable, con mucho sacrificio y esfuerzo, eso es incuestionable. Ahora, las decisiones del más alto nivel, y si uno puede entrar a cuestionar algunas cosas, y es un tema largo para hablar”. 

En el Regimiento de Patricios, para los oficiales era obligatorio el uso de bigote. “Lo usaba en el Regimiento, todos los oficiales tenían que usarlo. Era una topa que tenía el jefe, decía cuando nació el regimiento, todos los patricios usaban trenzas y bigote. Bueno, la trenza no la usábamos porque era una cosa del pasado”, acotó.

 

Las cartas que conserva de los alumnos de la escuela Sarmiento como un preciado tesoro

Sgo del Estero 16 / 4 / 82

“Queridos Soldados de mi Patria”:

Espero que la recibir estas líneas se encuentren bien, como son los deseos de todos los argentinos, que queremos ganar la paz de todo el país, por eso tenemos que ser fuertes, valientes, para recuperar lo que nos pertenece, “porque es nuestro”, y ningún país ni menos Gran Bretaña, nos va a quitar, porque las Malvinas son Argentinas y la Bandera Argentina siempre flameará.

Por eso me dirijo a todos los soldados, que están en las Malvinas, que no deben dejar que los ingleses pisen nuestro país, si nos toca a nosotros los niños, las mujeres, y los hombres, daremos la vida por defender la Soberanía Argentina.

Las Islas Malvinas y la Soledad serán nuestras.

Todos los Argentinos estamos seguro de ella.

Un abrazo para todos. Néstor Alberto Paz.

Escu. No 28, 6to F, D. F. Sarmiento.

 

 

16 / 4 / 82 Sgo del Estero

“Querido Soldado Argentino”

Yo como argentino me siento orgulloso de ustedes, aunque no los conozca los siento mis hermanos. El futuro depende de ustedes hermanos míos.

Gracias a la valentía y el amor de cada uno de ustedes las recuperaremos a nuestras islas que nos pertenecen por derecho.

Nosotros confiamos en ustedes. Nosotros los chicos no podemos ir a pelear por la patria, aunque tenga ganas de hacerlo. Por eso yo trato de expresarles que estoy con ustedes espiritualmente.

“Viva la Patria”

Darío .S. Nassif

Escuela D. F. Sarmiento Nro: 28

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