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EL LIBERAL . Santiago

Crecen los pedidos de ayuda de familias que descubrieron la adicción de sus hijos

12/09/2021 22:08 Santiago
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Crecen los pedidos de ayuda de familias que descubrieron la adicción de sus hijos Crecen los pedidos de ayuda de familias que descubrieron la adicción de sus hijos

La pandemia dejó al descubierto grandes problemas sociales, entre ellos, el drama de los jóvenes y su relación con las adicciones. El aislamiento obligó a los integrantes de la casa a una convivencia plena, lo que permitió estar más atentos a las conductas de cada uno. Esta situación generó, por consiguiente, un fuerte descubrimiento de adictos y, paralelamente, de familias que buscan alternativas para ayudar al enfermo. Así lo confirmó Antonio Zaiek, titular de Piedras Vivas, la fundación que ayuda a las personas en condición de adictos, al contar cómo se trabaja desde el inicio de la pandemia.

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"Creció muhísimo todo tipo de adicciones, tanto de las drogas legales como el cigarrillo, el alcohol, y las ilegales, como la marihuana y cocaína. Esto se dio a nivel nacional; las estadísticas hablan del gran aumento del consumo de sustancias adictivas, y Santiago no escapa a esa realidad", expresó.

Zaiek agregó: "Durante la pandemia, en el encierro, cuando no se podía salir de las casas, ha crecido el narcomenudeo. Se comenzó a vender más la droga por medio de deliverys, una modalidad que ha crecido muchísimo. Al ser consumos dentro de la casa y no en otros ambientes, ha provocado muchos problemas psicológicos, emocionales y psiquiátricos en las personas. Resultó mucho más nocivo el estar solo, con exceso de internet y sustancias adictivas. Se agudizó el problema de los que denominamos consumidores de ropero".

Sobre las consecuencias, Antonio Zaiek remarcó: "Hoy a causa de esto estamos viendo un nivel elevado de crisis de emociones, de la psiquis, de los afectos, que antes no las teníamos. Esto ha conllevado a la violencia intrafamiiar, a pensamientos suicidas, todo provocado por el consumo en medio de la pandemia".

Y agregó: "También ha sacado a la luz un montón de problemas que estaban un poco tapados, porque el consumo era social, en boliches, con amigos, con las parejas. Pero al hacerlo solos, encerrados, más toda la incertidumbre del trabajo, de los miedos, el drama se agudizó".

Sobre este punto, Zaiek indicó: "Al crecer el consumo, aumentó la demanda, aumentaron los precios, y ante la falta de dinero se han encadenado otros problema, como el robo para poder comprar".

El tiempo en el hogar desnudó los dramas

"De parte de la familia hemos tenido pedidos de auxilio, porque de pronto, el chico que vivía en la calle, no lo tenían mucho tiempo en el hogar y ya consumía con sus amigos y en otros ámbitos sociales que frecuentaba, al tener que estar todo el día en la casa, dejó ver actitudes extrañas, propias de la falta de la droga, como el comportamiento ansioso, contestar mal, ponerse violento. Los padres comenzaron a notar que en el hogar faltaban cosas, que él las robaba para poder venderlas y comprar droga. Así, muchos han descubierto la problemática intrafamiliar", describió Antonio Zaiek sobre los casos dados a conocer por los propios integrantes de las familias que hoy sufren por las adicciones.

''''''''Ha crecido el pedido de ayuda de familias''''''''

Zaiek contó que muchas familias aseguran no haber advertido los comportamientos propios del adicto hasta el momento del aislamiento.

"Es algo cíclico que se fue dando. La familia estuvo viviendo una realidad que la estaban negando o que los chicos la pasaban afuera y no dentro del hogar", indicó.

Y reconoció: "Ha crecido mucho el pedido de ayuda de familias que han llegado muy preocupadas, queriendo que se los interne a los chicos, que se los cure. Pero pasa que los centros de internación, la mayoría estaban cerrados, son pocos. Los que quedan no están al alcance de una familia de clase media, y son inaccesibles económicamente. Pero nosotros pudimos ayudarlos".

Iván Islas, exadicto, cuenta cómo fue tocar fondo, estar a punto de perderlo todo y lograr sobrevivir a la tormenta

Iván Islas tiene 32 años y buscó ayuda en Piedras Vivas cuando su mundo parecía ya desvanecerse. Su adicción a la cocaína lo llevó a estar a punto de perder a toda su familia.

Hoy, tras haber ganado su propia batalla cuanta cómo fue ese camino:

"Al principio todo parecía ir bien, pero el consumo con el pasar de los años fue creciendo más y más. Antes de que empezó todo yo tenía una hermosa familia, una casa, un buen trabajo y muchísimos amigos, hasta practicaba deporte. Pero de a poco todo empezó a empeorar", cuenta.

"Un día llegué a la Fundación después de haber pasado por psicólogos, de haber estado preso. Había perdido mi trabajo, a mi familia, la confianza de todas las personas que estaban conmigo. Me separé de mi pareja, de mis 2 hijos. Vendí todas las cosas de la casa que había comprado en años, hasta cosas que no eran mías. Pasaba días sin dormir. Al final ya no era vida la que llevaba. Pasé de tener todo lo que un joven puede querer, una moto, auto, dinero, caballos de carrera, a un día no tener nada. Llegué a ir un día a las 5 de la mañana a una panadería a pedir un poco de pan".


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