Sergio Berensztein: “El nivel de pobreza que dejará esta situación va a ser mucho peor que en la hiperinflación” Sergio Berensztein: “El nivel de pobreza que dejará esta situación va a ser mucho peor que en la hiperinflación”
El politólogo mantuvo una entrevista con EL LIBERAL en la que analizó distintas cuestiones económicas y políticas vinculadas con el Gobierno nacional, el manejo de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y su efecto en la economía.
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¿La pandemia qué efecto ha tenido sobre las cuestiones políticas preexistentes?
Lo que es dominante hoy es la cuestión económica en general y en particular la caída brutal de la economía, el crecimiento de la pobreza. En el medio de eso, el problema de la deuda. Todo eso está ahí, la pandemia no borra todo eso, sino que es un caldo de cultivo para que se potencien esas tres cosas, la economía, el aumento de la pobreza y la deuda que ya ha generado un daño enorme aunque evitemos el default.
¿Por qué?
Es un daño enorme porque es un año perdido, no solo por la pandemia sino las dudas que trajo, todo el innecesario tiempo perdido con la deuda ha tenido un impacto terrible. Ninguna empresa importante podía hacer nada en la medida que no se resolviese la cuestión de la deuda, excepto el campo, pero el resto de la economía fue un desastre. Los costos son difíciles de evaluar por el colapso ocasionado por la pandemia en sí misma. Pero lo más costoso es haber obligado al sector privado a postergar inversiones.
¿Cuán importante es el monto de la deuda en relación a la economía?
Esos U$S500 millones de vencimientos son irrelevantes. Pero lo que es pequeño es el tamaño de la deuda que está reestructurando la Argentina. Por una deuda que es de casi el 20% del PBI, no se puede generar semejante parálisis. Un monto similar se utilizó en el 2002 para salvar al sector financiero. Es una cosa insólita, lo peor de la deuda o del esquema económico es que el Gobierno dijo voy a perder un año, otro año más, para solucionar algo que se podía solucionar en dos meses. Si el Gobierno empezaba en septiembre cuando ya era obvio que ganaba, se sentaba el 10 de diciembre y el 20 de enero estaba todo resuelto. Si al final, el Gobierno va a tener que ceder y además ahora encima está retrocediendo en chancletas.
¿Cuánto puede influir la cuarentena en esta situación?
En lo económico es realmente desastroso. Muchos piensan que si hablan con los bonistas -por el tema de la deuda-, si además se empieza a aflojar en algún momento -en más actividades- independientemente de la cantidad de muertos, porque ya es intolerable y en el interior ya se aflojó, pero en Capital y Buenos Aires van a tener que empezar a aflojar independientemente de los costos porque sino esto definitivamente es una olla a presión que va a ser incontrolable porque se corre el riesgo de una desobediencia civil, de hecho.
¿Cuánto más lejos o cerca estamos de una situación así?
Ahí tenemos un problema porque hasta ahora, la pandemia en ningún país ha generado una revuelta. En parte porque los gobernantes aflojaron a tiempo, pero bueno, sería el primer caso de un conflicto social derivado de un exceso de unilateralidad o severidad de la decisión. No quiero hablar de autoritarismo, aunque sí lo hay. Pero básicamente hay una fragmentación del concepto de ciudadanía. Pero creo que la paradoja es que la Argentina por sobre exagerar la prudencia al comienzo, llega al pico de la pandemia con la gente fatigada y en una especie de necesidad imperiosa de tener que aflojar.
¿Qué está dejando la pandemia en el plano institucional?
Un año educativo perdido, un año de crecimiento perdido, un retroceso en la Justicia en múltiples causas de corrupción en el medio del barullo, con un Presidente que sigue firme en los sondeos. Es la foto, no la película, una economía colapsada y no se puede vislumbrar el futuro. La Argentina viene de una dinámica de bastante paz social, el año pasado que fue un lío en toda América latina. No es sencillo predecir, pero indudablemente los costos económicos y las consecuencias en términos de aumento de la pobreza y de desigualdad, los niveles de pobreza que va a dejar esta situación van a ser inéditos, mucho peores que en la hiperinflación. Y esto antes de la escalada inflacionaria. Porque se está imprimiendo plata como nunca antes, justificada en la crisis pero lo cual no quiere decir que no tenga consecuencias.
¿Cómo ve el rol que va a tener el Estado en el sector privado?
En todo el mundo está habiendo una presencia inédita del Estado. El mercado como lo conocemos, al margen de lo digital y de la economía vinculada a las transacciones que siguen por cuestiones esenciales como el campo, etc., en el resto no hay mercado, entonces es evidente que por defecto, porque la economía está paralizada y por necesidad, el Estado tiene que asumir un rol. Hoy se tiene una presencia estatal en la crisis muy significativa. Ahora ¿es algo permanente o transitorio? Creo que cuando todo vuelva a funcionar, la presencia del Estado va a ser más acotada, aunque algunos están intentando de alguna manera aprovechar esto para reconstruir el modelo estatista que tuvo la Argentina hasta la crisis de los 80. El kirchnerismo duro es el que más está intentando aprovechar la situación.
¿Cómo ve la situación de las empresas y el empleo?
Lo que está pasando es que la gente renuncia, hace acuerdos y se va. Las empresas que sobrevivan tendrán que ajustar el número de empleados en todo el mundo, no solo en la Argentina,al margen de las restricciones artificiales del mercado laboral, va a haber igual un aumento del desempleo.
El papel de la oposición, la imagen de Fernández
“Hay una parte de la oposición que por una cuestión de ética de la responsabilidad tiene que colaborar con el Gobierno. Pero además, los que cooperan son populares, Larreta y Fernández, justamente por cooperar están muy sólidos. Por lo menos tácticamente parecería ser buen negocio mostrarse moderados.
Pero, la verdad que la economía va a hacer su trabajo, la erosión que le va a generar al Gobierno no va a ser menor.
¿La imagen de Fernández en qué punto está?
En nuestras cifras nunca superó el 66%. Es cierto que se mide positiva y negativa, pero la imagen es buena. La de Larreta también. Todos los liderazgos que cooperan, suben. Esa es la foto. Hay que ver qué pasa con la película, en un contexto de una eventual crisis económica y ahí, por lo menos, es de suspenso.l