Para tener en cuenta: ¿Por qué comemos cuando estamos tristes?
“Miércoles, nueve y media de la noche. Me encuentro sentada en el sofá cenando mientras veo la televisión. Antes de acabar con lo que tengo en el plato, ya estoy pensando en ir a la cocina por algo más. ¿Una ensalada? ¿Algo de fruta? No, no me apetece nada de eso. Más bien una factura